¿Te acuerdas de todas aquellas idioteces que hacíamos juntos?

 Eramos dos solitarios juntos por la vida sin preocuparnos por los demás, éramos aquel beso eterno que aún recuerdo o nuestras tardes tumbados en el sofá, éramos él y ella que se miraban y se lo decían todo gracias al brillo que desprendían nuestros ojos. Un susurro diciendo "te quiero", con otro "te quiero" detrás.
Podíamos ser dos niños pequeños riéndonos de nosotros mismos y cantando sin parar.
Pertenecíamos al mundo de tus caricias y tu piel rozando la mía dejando a mi piel erizar. Tus...: - Tienes un novio tonto. Y yo me reía sin parar.
Éramos perfectos. ¿No te fijas? Y ahora cada uno separados sin poder hablar.

Raquel Muñoz López